SALTA.- El lugar, la Finca Las Costas, el motivo, una de las tantas reuniones oficiales que se celebran. Los asistentes, un grupo variado de funcionarios del Ejecutivo y del Municipio. Lo de siempre.
A los postres, cuando el alcohol relaja los esfínteres espirituales y el tomador se hace más locuaz, uno de los presentes le habría hecho alusión al Primer Mandatario provincial sobre lo complicado que está nombrar un sucesor, alguien que le responda plenamente mientras él –Urtubey- se ocupa de sus aspiraciones presidenciales.
El Gobernador Juan Manuel Urtubey, tras meditar mirando cómo se disipaba el humo de su Cohiba, le respondió fríamente: “Vinimos para quedarnos”.
El interlocutor habría mudado el color de sus mejillas comprendiendo que la conversación no daba para más.
Esta frase adjudicada al Gobernador Urtubey, es la misma que refiere Julio Bárbaro de haber escuchado del Ministro de Planificación de la Nación, Julio De Vido, en otra oportunidad similar.
En cualquier caso, la expresión “Venir para quedarse” revela el espíritu autoritario y profundamente antidemocrático de quien la pronuncie, puesto que la esencia de la democracia es la alternancia.
Son los déspotas los que han buscado siempre perpetuarse en el poder, a desprecio de las Instituciones de la República. El mal de la democracia argentina ha sido sembrar la idea de que la Constitución (Nacional y Provincial) se podía reformar a gusto de quien gobierne para continuar en el poder.
Suenan aquellas palabras de Lord Acton cuando dijo aquello de que: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.”
Redacción El Diario de Salta
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