SALTA.- La Palabra deriva del latín TRADERE (transmitir) y en términos conceptuales es el conjunto de bienes culturales que se transmite de generación en generación dentro de una comunidad. Son aquellas costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones, como parte indispensable del legado cultural.
La tradición, por lo tanto, es algo que se hereda y que forma parte de la identidad. Y a las identidades se le oponen sanamente las alteridades y que las dos son en definitiva construcciones intelectuales que se confirman y afirman una con la otra de forma lógica y racional, un ejemplo claro sería cuando “al sentirme identificado con una comunidad claramente puedo diferenciarme de otra…” y en este sentido también trabajo sobre lo individual “puedo identificarme con mi padre pero a la vez reconozco mis diferencias”.
La construcción de la identidad y la alteridad son muy complejas en un mundo que fluctúa entre la pobreza extrema con todas sus concomitancias y la explosión tecnológica y las ultra comunicaciones globales, o sea, entre la prehistoria más cruel y la guerra de las galaxias.
Si tomamos a nuestro país como punto de análisis podemos decir que los opuestos citados anteriormente se desplazan geográficamente desde el centro hacia la periferia, pero ya no del territorio nacional sino de cada ciudad; y de cada megalópoli al interior de cada provincia.
Hacemos esta referencia por el hecho que en un mundo capitalista neo liberal como el que vivimos el acceso a la educación y al manejo de las nuevas tecnologías depende de los niveles de ingreso. No tan es así, del acceso a la información chatarra ya que se ha universalizado su divulgación en forma masiva. En este sentido no se puede negar que la revolución tecnológica está produciendo transformaciones profundas y mutaciones socio-culturales, que están afectando directamente a 'las comunidades' y los cambios y transformaciones son tan vertiginosos que no pudiendo determinar o analizar un fenómeno, ya se agota, para la llegada de otro mucho más complejo.
Estos cambios son estructurales ya que existe un corte generacional muy fuerte, donde el padre deja de transmitir al hijo sus conocimientos ancestrales y la ruptura se producen en donde la identidad y alteridad o sea el Mismo y el Otro se des-relacionan, se separan ilógicamente formando solamente multiplicidades. A este fenómeno se lo llama actualmente como la “hibridez cultural” y su carácter socio-cultural no proviene de su carácter representativo sino del modelo de intercambio comunicativo. La TRADERE ya no se produce en el medio local sino por los medios masivos de comunicación.
Si bien el término “híbrido” es extraído de la biología – en las ciencias sociales la palabra es utilizada como “Se dice de todo lo que es producto de elementos de distinta naturaleza”
La “hibridez Cultural” va en contra o es, mejor dicho, contraria a las identidades y por consiguiente a las alteridades. Las multiplicidades son "dispositivos" heterogéneos, que se construyen de manera “especular”.
Ahora bien, en el caso de las multiplicidades, utilizamos el término “especular” como imagen – reflejo, pudiendo entender que esa TRADERE - transferencia o intercambio comunicativo entre actores culturales se da cuando “uno” recibe de “otro” una imagen invertida o bien solamente un reflejo.
Estos dispositivos, ejes de los nuevos fenómenos, podemos decir que es "un sistema hibrizador, no jerárquico y no significante, sin memoria organizadora o autónoma central, definido únicamente por su propia circulación". El ejemplo más claro es la Internet, la red de redes, que puede ser definida a partir de esta figura.
Héctor García Canclini escribe en 1990 un libro que se llama “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad” donde hace hincapié al proceso de hibridación por la que las culturas atraviesan durante su transición de lo tradicional a la modernidad y lo que pone en juego no son sólo nuevos objetos y nuevas estrategias de investigación, sino nuevos modos de concebir y plantear las luchas que se producen entre la cultura y el poder, entre lógica del mercado y producción simbólica, entre modernización y democratización.
Culturas Híbridas es un concepto que refiere a una especie de reestructuración histórico-social y como un tipo de movimiento social transitorio. Garcia Canclini interpreta la hibridación cultural como “una interpretación útil de las relaciones de significado que se han reconstruido a través de la mezcla”. La hibridación cultural por lo tanto, trasciende los procesos de mestizaje, creolización y similares, y reabre los problemas de “cómo diseñar formas de asociación multicultural modernas”. Afirma que el fenómeno del que estamos hablando está en proceso de agotarse, ya que el mismo, busca la culminación de todas las culturas en una sola historia, proceso que sufrió la cultura europea occidental. “… hoy es demasiado evidente que hay una pluralidad de historias que no se pueden subsumir una en otra, pero se ha acrecentado la necesidad de ver cómo conviven las culturas en una interdependencia global tan acentuada…”; “…hoy podemos hablar de la crisis del capitalismo y las relaciones entre capitalismo y cultura”.
En este sentido estas cuestiones son de cabal importancia para formular una ley federal de cultura.
José de Guardia de Ponté
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