SALTA.- Fue el “infante” de todos. Santiago Manuel Godoy dio los primeros pasos con Roberto Romero que lo puso en la carrera y supo ganar espacios llenando la canasta de cabezas enemigas y amigas también. Luego con Juan Carlos Romero terminó de cimentar el poder que ostenta desde la Cámara de Diputados, hasta que el tiempo le marcó a Romero la hora del retiro.
La ambición de Godoy por permanecer lo llevó a traicionar a Juan Carlos Romero la misma frialdad que un pescadero filetea su presa. No titubeó en denigrar a Romero, en acusarlo públicamente de perseguido de la Justicia (donde tienes cuentas pendientes, claro) y en asumir el rol de fiel lacayo de Juan Manuel Urtubey.
La suerte ha tirado la baraja y solamente dos opciones se disputan el poder el año próximo: Urtubey y Romero, si hubiese existido una tercera alternativa con chances de ganar, Santiago Godoy ya habría decapitado a Urtubey y estaría del lado más caliente.
Pero no hay tercero y con Juan Carlos Romero no se puede volver, de modo que al “Indio” Godoy no le queda otra que jugar la ficha de Urtubey.
En el camino su enconado enemigo interno, Miguel Ángel Isa se puso de pie a disputar la gobernación, lo cual significa para Godoy perder espacio político, porque no es lo mismo convertirse en candidato a la Gobernación que continuar conspirando en la Cámara de Diputados.
Como la posición de Miguel Isa vino a patear el tablero dibujado por Urtubey y sus esbirros, al “Indio” Godoy lo mandaron a embarrar la cancha con suposiciones y posibilidades para distraer ante los medios de comunicación y la sociedad lo que realmente está pasando.
El poder de Urtubey hoy está en equilibrio inestable. Por más que tenga “la lapicera” la suerte le podría ser esquiva y la caída de Urtubey arrastraría tras de sí a una importante lista de “eternos” jugadores de la política. La cabeza más pesada y que más ruido haría –literalmente- sería la de Santiago Manuel Godoy.
Redacción El Diario de Salta
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