viernes, 14 de noviembre de 2014

Greenpace o la industria de la denuncia http://ift.tt/1ww65Bp

Greenpace


SALTA.- La Organización Greenpace nació a comienzos de los setenta del siglo pasado como parte de una filosofía de izquierda, romántica y ecologista. Su presentación en sociedad fue impedir un ensayo nuclear en la isla Amtchika, Alaska.


Desde entonces hasta ahora, Greenpace logró armar una poderosa flota de barcos oceánicos, redes informáticas, una sofisticada red de comunicación satelital y un presupuesto operativo calculado en unos 100 millones de dólares anuales.


El caso de Greenpace es paradójico, a finales de 1980 la Organización movilizó millones de dólares para salvar dos ballenas grises cerca de Barrows, Alaska, mientras Naciones Unidas denunciaba que millones de niños morían de hambre en Ruanda, Etiopía. Más aún, al mismo tiempo su barco ballenero cazaba cetáceos “para investigación científica”.


Su campaña contra la caza de focas dejó a pueblos como los Inuit sin su ingreso natural viviendo de las pensiones del gobierno y con su pesca disminuida por la gran sobrepoblación de focas. Con estos casos, muchos otros.


Una hábil campaña periodística y propagandística le arreó para su molino millones de dólares, gran parte de origen dudoso y que podrían provenir de actividades ilegales. Todo se justifica a través de su militancia en la New Age, la religión pagana de los ecologistas de hoy.


Así, Greenpace se ha convertido hoy en una una banda de pendencieros militantes en botes de goma, interponiéndose entre los arpones y las ballenas, en una extraordinariamente rentable organización multinacional que sólo rinde cuentas de sus ingresos y sus gastos a sí misma.


Con 5 millones de miembros o adherentes y un ingreso de más de 160 millones de dólares en 1990, Greenpeace tiene oficinas en 24 países del mundo, cobrando a cada una de sus agencias "hijas" el 24% de los ingresos que realizan anualmente, como "royalties" para el uso del nombre. Como cualquier producto comercial, el nombre Greenpeace es una "marca registrada".


La historia económica y secreta de Greenpace llenaría muchas páginas, pero parece ser que una de sus fuentes de ingreso últimamente serían los acuerdos políticos para socavar gobiernos opositores.


En definitiva, Greenpace es una organización verde, con el rostro de George Washington flameando en su bandera.


Redacción El Diario de Salta







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