SALTA.- La llegada de Jorge Bergoglio al Papado cambió muchas cosas, no sólo en el orden eclesiástico, en la política nacional, sino también y como era de esperar, dentro del propio Episcopado nacional.
La Mesa Ejecutiva del Episcopado tiene previsto renovar sus miembros entre el 10 y el 15 de noviembre en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, y entre los nombres que se están barajando ya, el del Arzobispo de Salta, Monseñor Mario Antonio Cargnello figura, pero para irse.
La razón del apartamiento de Cargnello estaría relacionada con el nuevo rumbo que la Iglesia Católica le viene imprimiendo a su mensaje basado en el pensamiento amplio y abierto del Papa Francisco, que colisionaría directamente con el obtuso y anacrónico modo de ver la realidad que tiene el Arzobispado de Salta.
Resulta que mientras el mundo católico vira hacia una apertura basada en la caridad, esencia evangélica, en Salta, desde hace unos años los miembros de la “Logia Blanca”, el Opus Dei, se apropiaron de la Curia y del propio Arzobispo Cargnello, hombre sin carácter y con tendencias a solazarse con el poder político.
En los pasillos de la Curia salteña se lo escuchó decir a Cargnello a más un funcionario: “Cuídenlo a Juan (UrtubeyJ)”, lo cual refleja claramente dónde está parado, ya que sabido es que la familia del Gobernador de Salta tiene raíces muy profundas con el movimiento fundado por el Cura Escrivá de Balaguer, de polémica canonización.
Esta apropiación que hizo el Opus Dei, tanto del gobierno político como curial, se refleja en los nombramientos de funcionarios ligados a la Orden y que junto con el Arzobispo Cargnello configuran un ensamble político-religioso que nada tiene de democrático ni caritativo, en los términos que el Papa Francisco pretende.
Mientras el mundo evoluciona, el poder político y religioso intenta recrear alianzas medievales. Ese pensamiento, le costaría el puesto a Mons. Cargnello en el Episcopado argentino.
Redacción El Diario de Salta
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