En las próximas horas, una empalizada metálica rodeará a la
Plaza 9 de Julio que será sometida a una remodelación completa. La acción ha
sido acordada con el Banco Macro, entidad que por la suma de $ 400.000 (Pesos
Cuatrocientos Mil) se compromete a dejar el lugar convertido en un verdadero
sitio “Premium”.
Las tareas, que ya han comenzado, consisten en levantar todo el césped, remover
la tierra, poner en funcionamiento la red de riego por aspersión, que existe
pero está en estado de desuso, lustrar convenientemente la estatua del General
Arenales, retocar la Glorieta “García Lorca”, refuncionalizar la fuente de agua
y modernizar la iluminación.
El tradicional paseo tendrá así nuevo rostro, más allá de
que algunos sectores han sentir sus quejas por el monto de las obras que
consideran insignificante para la publicidad que tendrá la institución bancaria
durante los próximos años, y que consideran que se podría haber hecho en todo
caso mucho más.
Lo llaman el precio del progreso.
Ahora, cuando rodeen la Plaza, ¿qué harán con las carpas de
los docentes? ¿Habrá desalojo compulsivo?
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