martes, 10 de junio de 2014

Fernando Alesanco y las denuncias del IPV: Ya es tarde para renunciar



No quedaba mucho más margen para continuar sosteniendo la figura de Alensanco al frente del Instituto Provincial de la Vivienda. Sin ingresar en el terreno de la acusación que precisa de pruebas concretas, ciertamente, surge sin embargo del caudal de publicaciones de medio de prensa que denunciaban irregularidades en las adjudicaciones del IPV, una nota que deterioraba la imagen del titular del Instituto.

Sus propias palabras son confusas cuando dice “(me veo) en la obligación ética y moral de enfrentar acusaciones infundadas que se vienen vertiendo desde hace tiempo sobre la gestión llevada a cabo en el IPV”. En rigor de verdad, la “obligación ética y moral” de un funcionario público es que nunca se hable de él, del desempeño de su cargo o de las decisiones que tome.

Cualquiera que ocupe una función pública está expuesto a la difamación y a la calumnia, pero existe una distancia considerable respecto de la duda avalada por informes que supuestamente  se basan en documentación. Este es el renglón inadmisible para cualquier funcionario.

La exposición de motivos de Alesanco en el texto de su renuncia en nada contribuye al esclarecimiento del problema, por el contrario, suena a defensa desesperada. Sería el caso haber ordenado una auditoría ante la primera publicación de adjudicación irregular, o bien, haber obrado en modo que esas publicaciones jamás pudieran haberse hecho.

Ahora, ya es tarde.

Por: Atanasio Casullo

Para: El Diario de Salta

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