La gratuidad de los servicios públicos
ha sido siempre una medida utilizada por los gobiernos demagógicos que
pretenden ganarse el favor del pueblo por la dádiva en lugar de hacerlo por los
esfuerzos.
Un viejo slogan decía que “Los
impuestos vuelven al pueblo”, o debieran volver, pero transformados en más y
mejores servicios, pero sobre todo, en mayores posibilidades de crecimiento
individual. Gobernar, básicamente, debe ser elevar el nivel de vida del ciudadano
para que cada vez tenga mayores y mejores oportunidades.
Con la gratuidad del boleto, por
ejemplo, simplemente se está engañando a la masa haciéndole pensar que ha
obtenido un beneficio cuando en realidad no es así. Sólo un sector de la
población, y justamente el menos productivo, accede en forma gratuita al
servicio de transporte, que para más, lo utiliza inadecuadamente.
Las estadísticas marcaron que los dos
primeros días de boleto gratuito –lunes y martes- el servicio se vio colapsado
por la cantidad de estudiantes (si pueden llamarse así) que utilizaron los
colectivos para pasear por la ciudad, bajando de uno y subiendo a otro
indiscriminadamente.
Mientras tanto, el sector productivo,
el empleado de comercio, el bancario, el operario, en fin, que son los que
mueven la maquinaria productiva deben seguir pagando el boleto que dentro de un
tiempo lógicamente, incrementará su precio.
Si el discurso señala que el boleto
gratuito es para lograr mayor inclusión, esa posibilidad debió por lo menos estar
regulada para que los estudiantes puedan trasladarse gratis en un determinado
rango de horario coincidente con la salida y entrada de clases, de lunes a
viernes, por ejemplo. Que un jubilado tenga libre pase es comprensible y
plausible que lo disfrute, ya que son la clase más expoliada por los gobiernos
que utilizan sus recursos para financiar, entre otras cosas, liberalidades como
esta del boleto gratuito.
Nada es gratis en la vida. Nunca lo
fue. Hasta Adán y Eva pagaron su decisión de hacer lo que querían siendo
expulsados del Paraíso. Como se ve, los paraísos no existen.
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