En su vuelta electoral recorriendo Campo Santo y El Bordo,
el ex Gobernador, Juan Carlos Romero sostuvo que visitará casa por casa a los
salteños, porque hay “que luchar en serio contra la pobreza con un verdadero
plan de infraestructura social y productiva en los parajes más alejados”.
Campo Santo y el Bordo no son precisamente “parajes alejados”,
aunque se comprometió desde su rol de
senador nacional, a agilizar las obras pendientes por parte del Gobierno
nacional, mucho más no puede hacer.
En el año 2007, cuando Juan Carlos Romero dejó el gobierno,
la tasa de pobreza por persona en la Argentina era del 20.6%, mientras en Salta
alcanzaba al 33,4%. En tanto, la tasa de indigencia nacional, llegaba al 5.9%,
y en Salta medía un 9.9%, según datos del INDEC.
La pobreza en la Argentina según estadísticas privadas tiene
una columna estructural basada sobre todo en la falta de acceso a los bienes de
cultura, es decir, educación y también trabajo. Esa combinación de factores que
siempre han sido las variables de cambio en las distintas etapas económicas,
condicionan una endemia básica de la cual hay que salir mediante políticas de
estado, que a la fecha no se han aplicado.
No ha sido precisamente el Gobierno de Romero un ejemplo de
trabajo en estas áreas, especialmente en lo que al interior de la Provincia de
Salta respecta donde extensas áreas poblaciones han continuado viviendo según
los modos de hace décadas.
Posiblemente ahora, Romero haya tomado conciencia de esta
situación y quiera trabajar para revertirla, pero más allá de sus expresiones
de deseos, será en definitiva el pueblo quien decida si le da la oportunidad de
mostrar o no que piensa luchar por revertir esta situación. (Redacción El
Diario de Salta).-
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