lunes, 16 de junio de 2014

¿ES POSITIVO QUE LAS IGLESIAS ADMINISTREN COOPERADORAS?




No es la solución al problema del manejo de fondos públicos que parece haberse convertido en una suerte de botín de guerra de funcionarios o administraciones políticas, pero al menos es una migaja de esperanza de que por una vez se cumpla con lo que sería uno de los principios del Derecho, el de “dar a cada uno lo suyo”.


Si bien los Intendentes son los presidentes naturales de las Cooperadoras, tienen la libertad de elegir a los integrantes del directorio. De aprobarse la ley, seguirán eligiéndolos pero con la postulación previa de personas seleccionadas por las iglesias.


El caso es que esta decisión no significa, como creen algunos, más posicionados desde lo ideológico que desde lo social, retroceder en el tiempo ni mucho menos perder espacios ganados para la secularización, sino poner en valor una línea de comportamiento ético que genere confianza en la sociedad sobre algo tan delicado como es la ayuda a los que menos tienen.


Muy al margen de lo que signifique la connotación religiosa, a diferencia de los políticos, los sacerdotes, pastores y encargados de confesiones, actúan más por un interés social que político, o bien económico. Además, cuentan con el valor agregado de poseer ya una estructura que posibilita un mejor y más efectivo reparto de los bienes, medicamentos o servicios de asistencia.



Si acaso, alguien quisiera ver un retroceso en dar el manejo de las cooperadoras a las confesiones religiosas, ese fracaso es el de la clase dirigente política que ha perdido la confianza del pueblo.- (Redacción El Diario de Salta-Foto ilustrativa).

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