Luego de la larga comparecencia del Vicepresidente de la
Nación, Amado Boudou, como imputado en la causa en que se investiga el llamado “Caso
Ciccone”, comenzaron a revelarse algunas situaciones internas del Gobierno
Nacional que comienzan a dejar a la vista las fisuras que existen.
En efecto, Boudou, habría acusado en su declaratoria a Jorge
Brito, Presidente del Banco Macro y ADEBA, de ser el propietario de la imprenta
Ciccone. Igual camino tomó la Sala I de
la Cámara Federal que ordenó al juez Lijo que averigüe la ruta del dinero, o
sea, los pasos dados por Jorge Brito, de quien concretamente se pidió que sea
citado a indagatoria.
Fue una devolución de gentilezas ya que Ricardo Echegaray, le
tiró todo el fardo a Boudou. Éste ahora tiene dos poderosos acompañantes para
compartir su responsabilidad penal, Brito y el jefe el jefe de la AFIP.
Para embarrar más a cuestión, el hermano del juez que indagó
a Boudou, el abogado “Freddy” Lijo, sería el habitual “valijero” que utilizan
Julio de Vido y Jorge Brito para llevar sobres de dinero a los que serían una serie
de funcionarios corruptos.
Así pareciera comenzar a desgranarse una trama de enredos
donde la idea que ronda sería la de que el primero que cae arrastra a todos los
que puede. La expresión de Boudou denunciando “internas políticas” ¿será la
amenaza implícita para sus pares de supuestas correrías? (Redacción El Diario
de Salta)
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