La idea de encontrar en el Vicegobernador, Andrés Zottos,
siquiera un atisbo de estadista político, es tan remota como la llegada de
Aliens a la Tierra; aunque esta segunda sea una posibilidad más cercana
incluso.
El comportamiento de Zottos durante estos años de Gobierno
de Juan Manuel Urtubey, ha dejado al descubierto un ser absolutamente incapaz
para gestión pública, además de haber demostrado que su lealtad va de la mano
con las oportunidades.
En los círculos muy cercanos al Ejecutivo de la Provincia de
Salta, se ha escuchado siempre decir de la “vergüenza ajena” que la figura de
Zottos le provocaba a sus pares; apodos y comparaciones risibles han estado
siempre presentes en las reuniones donde el tema se tocaba.
No hace falta decir más, pues su comportamiento público ha
rubricado los rumores. Distanciado del Gobernador Urtubey en las últimas
elecciones, optó por ser él candidato al mismo cargo en el que pretendía
reelegirse su hasta entonces compañero de fórmula, no ahorrando críticas a la
Gestión de la que formaba parte. Algo insólito, además de ridículo.
Luego de dos períodos en su cargo, en los meses previos a la
última elección, Zottos descubrió que la Gestión de la cual él se jactaba
diciendo “soy el segundo”, adolecía de industrializar la Provincia, había
escuelas rancho, la salud presentaba problemas y no se trabajaba en la
inclusión.
Ahora, mayo de 2014, Andrés Zottos vuelve a reivindicar la
permanencia en el Frente como “lo más práctico”. La pregunta es práctico ¿Para
quién?, ¿Para Zottos?, porque para los salteños su presencia ha resultado
totalmente inoperante. (Redacción El Diario de Salta)
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