La historia suele ser mezquina con muchos de los hombres que
dejaron su vida en el empeño de legar una Patria libre.
Pese a no haber sido un ejército regular según lo mandan las
técnicas militares, Güemes supo armar una suerte de Estado Mayor del que
dependían cuadros subalternos perfectamente organizados.
Entre los hombres de comando se encontraron, el ya citado
Marqués de Yavi (Juan Feliciano Fernández Campero; el coronel Francisco Pérez
de Uriondo, responsable militar de Tarija; coronel Manuel Arias, a cargo de
Orán; y el coronel José María Pérez de Urdininea, proveniente de las filas del
Ejército del Norte, en Humahuaca.
En el valle de Jujuy estuvieron los coroneles Domingo Arenas
en Perico y el teniente coronel Eustaquio Medina, a cargo del río Negro. Más
movilidad tenían otros jefes, como José Ignacio Gorriti, Pablo Latorre o José
Antonio Rojas.
Quienes conocen el territorio podrán dar fe de la capacidad
de organización y mando de Güemes para mantener ordenado un frente que iba
desde Volcán hasta la ciudad de Orán, en total algo más de setecientos kilómetros.
Esa extensión estratégica se conoció como la Línea Pasaje.
Apenas una breves líneas para pincelar un momento épico de
la historia argentina, donde la figura de Martín Miguel de Güemes se acrecienta
y adquiere mayor jerarquía para los argentinos en la actualidad, donde son los próceres y sus ejemplos de alto
contenido moral, cívico y patriótico, los que debieran iluminar los senderos
del camino de los pueblos.
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